Camiño da Pasada Vella (Parque Natural de las Fragas del Eume)

Esta semana os invito a sumergiros en el Parque Natural das Fragas do Eume, uno de los entornos naturales más hermosos de Galicia, para descubrir el espectacular cañón que el río ha ido labrando durante millones de años entre sus frondosos bosques.

Para ello os propongo realizar uno de los itinerarios oficiales del Parque, el “Camiño da Pasada Vella“, una ruta fácil de 8 km que, partiendo de las inmediaciones de A Torre de San Bartolomeu, rodea la Pena dos Mouros, pasando por el Encoro do Eume, el Mirador de Penedo Empardado y la Fraga do Mosqueiro.

Partimos del Lugar de Suoscaballos (396 m), en O Piñeiro, al lado de A Ermida y A Torre de San Bartolomeu. A mano izquierda de la carretera, según se sube desde la Central Hidroeléctrica do Eume, vemos un panel informativo de la ruta y justo después una explanada donde se puede dejar el coche.

El camino, que arranca por la izquierda del cartel, atraviesa inicialmente la Fraga do Rego da Vaca y luego sube hasta a Pena dos Mouros (462 m), cuya cima dejamos ligeramente a la izquierda.

Al fondo a la derecha, la Pena dos Mouros.

Desde allí baja hasta desembocar en una pista hormigonada de llamativo color amarillo. Por el ramal de la izquierda iremos luego. Ahora giramos a la derecha para descender por el Barranco del Rego da Cancela, que fuera de la época estival forma pequeños saltos de agua entre el bosque autóctono.

Al llegar a la altura de su desembocadura en el Encoro do Eume, la pista, ya térrea, gira a la izquierda y sobrevuela el embalse para morir casi al nivel del mismo junto a unas instalaciones de la presa.

Antes de llegar a éstas, sale un sendero a la izquierda por el que, ya sea de ida o de vuelta, merece la pena subir. Nosotros lo hicimos de vuelta. Son apenas 200 m, en los que pasamos bajo una vieja torre, y que terminan a los pies de Penedo Empardado, en un impresionante mirador natural sobre la Presa do Eume. Los últimos metros están un poco asilvestrados y hay alguna que otra zarza rastrera pero se pasa bien. La colosal presa, con bóveda de doble curvatura, 103 m de altura sobre cimientos y una longitud de coronación de 284 m, es una obra de ingeniería digna de admiración. Fue diseñada por el coruñés Luciano Yordi de Carricarte e inaugurada en el año 1960. Sobre ella, las aguas del Eume se retienen en un embalse de 15 km de largo y más de 80 m de profundidad, el más grande de los que alberga el cauce del río. Presa y encoro alimentan por medio de un conducto subterráneo de más de 2 km de longitud y 3 m de diámetro a la central hidroeléctrica ubicada aguas abajo, que es la que más potencia genera de la provincia de La Coruña (54.400 kW).

Tras deshacer lo andado hasta la intersección del camino con la pista hormigonada, continuamos subiendo por ésta y enseguida encontramos a mano derecha el desvío hacia Penedo Empardado. El sendero sube casi hasta la cima del cerro (471 m) y luego baja unos metros hasta el mirador, que a diferencia de otros del entorno como Pena do Teixo, Carbueira o Teixido, no está acondicionado como tal con plataforma y barandilla.

Encoro do Eume. A la derecha, Pena do Teixo.

Desde los riscos de la derecha se disfruta de una buena vista del encoro, mientras que desde los del fondo se tiene una espectacular panorámica de la presa y del Cañón del Eume. Al otro lado del mismo se pueden ver las Penas do Mel o Canteira do Eume, un paraíso para los amantes de la escalada, sobre el que en época de lluvias se precipita la Cascada de Murixoso.

De vuelta en la pista, bajamos en dirección O por la ladera NO de la Pena dos Mouros, que está tapizada por la preciosa Fraga do Mosqueiro.

Escasos metros después de ignorar un ramal a la derecha, cruzamos el rego, que también forma una bonita cascada estacional.

Unos 400 m más adelante, el carretil termina muriendo en la carretera que baja desde A Torre de Bartolomeu a la Central del Eume, por la que hicimos la subida final hasta completar la circular.