FUENTE DE INFORMACIÓN: Cartografía del Instituto Geográfico Nacional, visor Iberpix 4. FOTOGRAFÍA: iPhone 11 Pro. ZONA: Parque Natural de las Fragas do Eume (La Coruña). DESDE: Antigua Central hidroeléctrica da Ventureira, provincia de La Coruña. CERCA DE: Ombre, Pontedeume, Cabanas. ÉPOCA: abril de 2022. TIPO DE RUTA: lineal, ida y vuelta. NIVEL DE DIFICULTAD: moderado. Datos descargados de GPS SUUNTO Ambit3: Longitud: 8 km. Desnivel acumulado positivo: 473 m. Desnivel acumulado negativo: 473 m. Cota máxima: 495 m. Cota mínima: 59 m. Tiempo empleado: 3 h 23 min (con paradas para fotos y para marcar waypoints). Tiempo en movimiento: 1 h 47 min. MATERIAL: GPS, senderismo. AGUA: 1 fuente privada en lateral de una casa. Se cruza el Rego de Teixido. TIPO DE FIRME: sendero, pista asfaltada (1,6 km), acequia. SEÑALIZACIÓN: no.
ITINERARIO:
Ponte da Ventureira – Rego de Teixido – Antigua Central hidroeléctrica da Ventureira – Antigua zona de embalsado – Mirador Natural del Cañón del Eume – Zona de embalsado – Teixido – Altos del Fontardión (442 m) – Mirador de Teixido (482 m) – Teixido – Depósito regulador – Acequia del Rego de Teixido – Fervenza del Rego de Teixido – Acequia – Depósito regulador, y vuelta por el mismo camino de la ida.
Descárgate la ruta y accede a más información (mapas, waypoints, altimetrías, fotos) en el siguiente enlace de Wikiloc:
Senda dos Altos do Fontardión: de la Antigua Central da Ventureira al Mirador de Teixido (Cañón del río Eume)

EL ENTORNO:
Descubre más detalles acerca de las Fragas, el río Eume y el Monasterio en los siguientes enlaces de nuestro blog:
Las Fragas del Eume
El río Eume
El Monasterio de San Juan de Caaveiro
LA RUTA:
La ruta de hoy, o Senda dos Altos do Fontardión, asciende al Mirador de Teixido desde la Antigua Central hidroeléctrica da Ventureira.
Partimos del Puente de Ventureira, que cruza el río Eume bajo la antigua central. A él se llega desde As Neves (A Capela), tomando una carretera que sale por delante de Casa Toñita y que pasa por Estoxa y Gunxel. Justo en el puente no hay sitio para dejar el coche, pero durante la bajada hay varios aparcamientos habilitados a tal efecto. Nosotros, como madrugamos, pudimos dejarlo muy cerca del mismo en un pequeño entrante de la carretera.



La ruta comienza bajando unas escaleras y cruzando una pasarela sobre el Rego de Teixido que da acceso a la Antigua Central hidroeléctrica da Ventureira, también llamada “de Salto de Ventureira“.






Antigua Central hidroeléctrica de Salto de Ventureira




La Central da Ventureira fue una de las primeras minicentrales gallegas de principios del siglo XX que aprovechó los recursos hídricos para obtener energía eléctrica. Se comenzó a construir en 1901 siguiendo un proyecto de «Electra Industrial Coruñesa» y se inauguró a principios de 1903 con el nombre de «Central hidroeléctrica del Salto da Ventureira», aunque popularmente se la conocía también como “Central de A Capela”. La fuente de energía eran las aguas del río Eume y del Arroyo de Teixido, que se conducían mediante 2 canales por la ladera derecha del Cañón del Eume hasta un depósito de regulación y desde allí a las unidades de potencia. En una segunda fase, también se contemplaba la construcción de un embalse, el cual fue inaugurado en 1960. El plan inicial incluía la instalación de seis turbinas Voith modelo Pelton de 600 CV, pero finalmente, por problemas financieros, solo se montaron dos turbinas de 500 HP J.M.Voith – Heidenheim Württemberg, que pasan a formar las unidades 2 y 3. En 1911 y 1920 se completa la instalación con las dos últimas turbinas de la central, la número 4 y 1, de 2000 HP cada una, conectadas a dos alternadores Siemens Schuckert de 1360 y 1800 KVA. La central fue explotada por diferentes compañías eléctricas durante más de 35 años, hasta que en 1959, al ponerse en funcionamiento el embalse y la nueva central, fue cerrada y abandonada. A su izquierda, el Rego de Teixido forma unos espectaculares saltos de agua antes de desembocar en el Eume.
Fuente: Estudio de rehabilitación de la antigua central hidroeléctrica "de Ventureira", río Eume. Autor: Guillermo Calvo Teijeiro.
El edificio principal se puede rodear por un pasillo perimetral y una pequeña ventana abierta en la hoja de la puerta nos permite asomarnos a su interior y contemplar las enormes turbinas utilizadas antiguamente para generar energía.







Seguimos subiendo por las escaleras de piedra revestida de musgo que hay a la izquierda de la antigua construcción, desde las que se puede admirar la Fervenza del Rego de Teixido, un precioso salto de agua por el que el arroyo se precipita escalonadamente, salvando un desnivel de más de 250 m antes de entregar sus aguas al Eume.




Tras cruzar una primera línea de tubos procedentes del depósito regulador, las escaleras se bifurcan bajo la edificación más alta de la central. Continuamos por la izquierda rodeando la casa y un poco más arriba, atravesamos una segunda línea de tuberías.




A partir de ahí, iniciamos una exigente ascensión en zetas por un frondoso bosque atlántico en el que predominan los robles. En cada giro a la derecha, nos topamos con la segunda línea de tubos (la más meridional de las dos que alimentaban la Central).






A unos 210 m de altitud, alcanzamos el antiguo depósito de regulación o cámara de carga, donde la pendiente nos da una efímera tregua. Aquí se retenía el agua que llegaba por un canal desde el tramo del río Eume en el que ahora se encuentra el embalse de ENDESA. Un curioso sistema de compuertas, que todavía podemos ver, regulaba el caudal de agua hacia las líneas de tubos, que a su vez la conducían ladera abajo hasta la Central.

Antes de girar a la izquierda para acceder al depósito, merece la pena “perder” unos minutos desviándonos por un sendero que sale hacia la derecha. En apenas 150 m encontraremos un pequeño peñasco que hace las veces de Mirador Natural sobre el Cañón del Eume. Asomarse (con cuidado porque la caída es definitiva) es un espectáculo y un auténtico regalo para la mente. Abajo, encajonado entre las impenetrables laderas de Las Fragas, se puede ver el Eume serpenteando entre el Embalse y la Central.







Por esta senda podríamos seguir o volver luego para hacer la ruta circular, pero es peligrosa, ya que tiene algún paso vertiginoso sobre el desfiladero en el que tendremos que caminar agarrados a un cable e incluso realizar una pequeña trepada con la ayuda de una cuerda. Lo dejamos para otra ocasión y deshicimos lo andado hasta la zona de embalsado, donde ahora sí, nos entretuvimos admirando los curiosos artilugios oxidados por el paso del tiempo y las viejas galerías.







Dejando a la izquierda la acequia procedente del Rego de Reixido (por la que iremos al bajar), retomamos la subida por un tramo de peldaños y enseguida alcanzamos otra construcción en ruinas.





Superados los 300 m de altitud (km 1,6 de ruta) y con el eucaliptal típico de la parte alta de Las Fragas sustituyendo poco a poco al bosque de ribera, terminamos las fatigosas zetas en un rellano.


A partir de ahí, el sendero se ensancha y discurre por el bosque ganando imperceptiblemente altura, hasta desembocar en una pista asfaltada por la que giramos a la derecha.




En apenas 700 m llegamos a Teixido, una bonita y cuidada aldea al pie del Monte Fontardión.






Pasada la entrada al pueblo, que dejamos a la izquierda, abandonamos el asfalto tomando un estrecho sendero que sale hacia la derecha por detrás de un panel informativo y un precioso acebo.




Alternando cómodos tramos entre la arboleda con cortas rampas de mayor pendiente, remontamos la ladera meridional del Valle de Teixido.



Ya casi arriba, una cancela hace las veces de “puerta” de los Altos del Fontardión, como se conoce a la pequeña cuerda que se alza entre el Rego das Trabes (al N) y las Penas do Mel (al S). Sin duda alguna, uno de los mejores “balcones” para admirar la majestuosidad del Cañón del río Eume y Las Fragas.





Aunque el Mirador de Teixido, ubicado ligeramente al E sobre un pequeño risco, se lleva la fama y es el punto habitual para disfrutar de las vistas, merece la pena desplazarse un poco en dirección contraria (O) y encaramarse a alguno de los múltiples bolos graníticos que se alzan sobre el cañón, ya que solo desde allí se puede ver el Eume, encajonado entre las escarpadas y verticales paredes de Penas do Mel (vertiente septentrional) y Fisga da Cobra (vertiente meridional).





Desde el Mirador de Teixido, al estar más alto (482 m), se ven mejor tanto el Encoro do Eume como el Valle de Teixido, el cual está presidido en su extremo oriental por el techo de Las Fragas, el Fontardión (665 m).









Iniciamos la vuelta por el mismo camino de la ida.












Al llegar al depósito regulador, abandonamos de nuevo transitoriamente la senda, esta vez por la acequia que antiguamente traía agua hasta aquel desde el Rego de Teixido. No hay sendero pero se camina bien, ya sea sobre el muro lateral o sobre el propio canal que, salvo en el tramo final, no lleva agua.




En apenas 300 m llegamos al arroyo, que aquí se precipita sobre una pequeña poza de agua cristalina, de la que parte la reguera, formando un salto de unos 3 m de altura. La belleza del lugar compensa con creces el esfuerzo del desvío.







Desde allí, volvimos sobre nuestros pasos hasta la cámara de carga para reengancharnos al camino y bajar por él hasta la Central y el Puente de Ventureira.








Desde el punto de vista técnico, el recorrido carece de dificultad más allá de la que pueda suponer el paso por la acequia, que en mojado puede ser resbaladiza.
En resumen, una de las 5 rutas que no nos podemos perder si queremos conocer Las Fragas del Eume. Algo menos de 8 km de puro disfrute, en los que nos sumergiremos en el mágico bosque atlántico de ribera que rodea el Rego de Teixido y su preciosa fervenza; en los que disfrutaremos de unas espectaculares vistas del Cañón del Eume; y en los que, contemplando sus antiguas turbinas, acequias, tuberías y compuertas, nos podremos retrotraer a los albores del siglo pasado, e imaginarnos la puesta en marcha de una de las centrales con la que dio comienzo la historia de la energía hidráulica gallega.