Senda da Ventureira: del Monasterio de Caaveiro a la Central Hidroeléctrica (Fragas del Eume)

FUENTE DE INFORMACIÓN: Cartografía del Instituto Geográfico Nacional, visor Iberpix 4.
FOTOGRAFÍA: iPhone 11 Pro.
ZONA: Parque Natural de las Fragas do Eume (La Coruña).
DESDE: Puente de Santa Cristina, Pontedeume, provincia de La Coruña.
CERCA DE: Ombre, Pontedeume, Cabanas.
ÉPOCA: diciembre de 2021. Tiempo: cubierto, lluvia intermitente.
TIPO DE RUTA: circular.
NIVEL DE DIFICULTAD: bajo.
Datos descargados de GPS SUUNTO Ambit3: Longitud: 9,89 km. Desnivel acumulado positivo: 317 m. Desnivel acumulado negativo: 317 m. Cota máxima: 171 m. Cota mínima: 37 m. Tiempo empleado: 3 h (con paradas para fotos y visita al Monasterio). Tiempo en movimiento: 1 h 47 min.
MATERIAL: GPS, senderismo.
AGUA: 1 fuente junto al Puente del río Sesín. Se cruza el río Eume y los Regos de A Ferradura, do Rodeiro o da Vaca, de San Bartolomé o do Parrote, de O Retorno, da Laxe, da Pena do Coto y da Mazoca o río Sesín.
TIPO DE FIRME: sendero, pista asfaltada (1 km).
SEÑALIZACIÓN: letreros indicativos, marcas del GR-55.

ITINERARIO:
Puente de Santa Cristina – Camiño da Ventureira (GR-55) – A Ceboleira – Rego de A Ferradura (Fervenza) – Rego do Rodeiro o da Vaca (Fervenza) – Mini-Central Hidroeléctrica de San Bartolomé o de O Parrote – Fervenza de O Retorno – Central Hidroeléctrica do Eume – Puente de Ventureira – Antigua Central Hidroeléctrica de Salto de Ventureira – Carretera de A Capela – Rego da Laxe, Rego da Pena do Coto – Cinco Penas – Monasterio de San Juan de Caaveiro – GR-55 – Puente y Molino del río Sesín (Rego da Mazoca) – Monasterio de Caaveiro – GR-55 – Puente de Santa Cristina.

Descárgate la ruta y accede a más información (mapas, waypoints, altimetrías, fotos) en el siguiente enlace de Wikiloc:
Senda da Ventureira: del Monasterio de Caaveiro a la Central Hidroeléctrica (Fragas del Eume)

EL ENTORNO:
Descubre más detalles acerca de las Fragas, el río Eume y el Monasterio en los siguientes enlaces de nuestro blog:
Las Fragas del Eume
El río Eume
El Monasterio de San Juan de Caaveiro

LA RUTA:

Senda da Ventureira

La Senda da Ventureira es un recorrido circular que discurre por ambos márgenes del río Eume, entre el Monasterio de Caaveiro y la Antigua Central Hidroeléctrica de Salto de Ventureira.

Partimos del Puente de Santa Cristina, también llamado «de Caaveiro«, que cruza el río Eume bajo el Monasterio de San Juan de Caaveiro. Comenzamos aquí la ruta porque es el punto final de la carretera que accede al cenobio desde Pontedeume. En época estival y en Semana Santa no se puede llegar en coche particular y hay que dejarlo en el Centro de Visitantes del Parque Natural, tomando allí un bus gratuito. Al lado del puente o en el lateral de la carretera hay sitio para dejar algún coche. El Camiño da Ventureira parte por la derecha del puente, aunque merece la pena asomarse al mismo antes de partir para contemplar el verdadero protagonista de las Fragas, el río Eume, que nos va a acompañar durante toda la travesía.

Comenzamos a caminar bajo una fina lluvia, «orballo» en Galicia, que es como, en mi humilde opinión, hay que ver Las Fragas, ya que envuelve el bosque en un halo de misterio y crea una atmósfera muy especial y «enxebre».

El camino, inicialmente ancho, discurre deliciosamente bajo la arboleda del margen izquierdo del río, pasando junto a una pequeña represa.

En poco más de 500 m, llegamos a la zona de A Ceboleira, donde encontramos una bifurcación en la que hemos de tomar el ramal de la izquierda.

A partir de aquí, la senda se estrecha sobremanera, convirtiéndose prácticamente en un single-track que serpentea entre la espesura del bosque. En esta época, caminamos sobre una alfombra de hojas, cuyos colores ocre y terracota quiebran las múltiples tonalidades de verde de la exuberante vegetación, una heterogénea selva formada por acebos, laureles, abedules, alisos, fresnos, avellanos y frutales silvestres. Tapizando los troncos, líquenes, y a sus pies, helechos y musgo, relictos todos de la Era Terciaria.

Y a nuestro lado, dejándose ver de vez en cuando entre los árboles, el caudaloso río Eume, que hoy bajaba embravecido, casi al borde del desbordamiento.

Pintadas en la piedra, encontramos las franjas rojas y blancas que nos recuerdan que por aquí discurre también el GR-55, un sendero de unos 90 km que une Betanzos con San Andrés de Teixido siguiendo la Ruta do Medievo.

Llegando a la zona de O Parrote, comenzamos a ver torrentes de agua que al precipitarse por la ladera forman pequeñas cascadas (o «fervenzas» como se les llama por aquí). Quizá en verano no sean tan evidentes o incluso desaparezcan, pero en esta época estaban a tope de agua. La primera de ellas la forma el pequeño Rego de A Ferradura.

La segunda, de más entidad, está originada por el Rego do Rodeiro, también llamado da Vaca, que nace ladera arriba en la Serra de Queixeiro y que el GR sortea por una pasarela de cemento.

Trepando unos metros por la derecha de la cascada, tenemos una muy buena vista de la misma.

Pasada ésta, el sendero sube ligeramente hasta una pequeña atalaya desde la que se tiene una muy buena vista del Cañón del Eume, para desde allí bajar a la antigua Mini-Central Hidroeléctrica de San Bartolomé o de O Parrote (año 1997), hoy en desuso. Para acceder a ella, hay que cruzar el río del mismo nombre por una pasarela de madera. En este punto abandonamos el GR-55, que sigue por la derecha remontando el arroyo por su margen izquierdo en dirección a Mandeo (Betanzos).

A partir de ahí, afrontamos 300 m de dura subida, primero por la pista asfaltada de acceso a la mini-central y luego, tras desviarnos a la izquierda por unas escaleras de madera, de nuevo paralelos al Eume hasta llegar a la Fervenza de O Retorno. El camino salva la vertical caída del rego por otra pasarela de madera, en un paraje realmente espectacular.

Desde allí, bajamos a la Central Hidroeléctrica do Eume, puesta en funcionamiento en 1959 para sustituir a la Antigua Central da Ventureira, la cual encontramos un poco más al E, al otro lado del puente que cruza el Eume.

Antigua Central hidroeléctrica de Salto de Ventureira

La Central da Ventureira fue una de las primeras minicentrales gallegas de principios del siglo XX que aprovechó los recursos hídricos para obtener energía eléctrica. Se comenzó a construir en 1901 siguiendo un proyecto de «Electra Industrial Coruñesa» y se inauguró a principios de 1903 con el nombre de «Central hidroeléctrica del Salto da Ventureira», aunque popularmente se la conocía también como «Central de A Capela». La fuente de energía eran las aguas del río Eume y del Arroyo de Teixido, que se conducían mediante 2 canales por la ladera derecha del Cañón del Eume hasta un depósito de regulación y desde allí a las unidades de potencia. En una segunda fase, también se contemplaba la construcción de un embalse, el cual fue inaugurado en 1960. El plan inicial incluía la instalación de seis turbinas Voith modelo Pelton de 600 CV, pero finalmente, por problemas financieros, solo se montaron dos turbinas de 500 HP J.M.Voith – Heidenheim Württemberg, que pasan a formar las unidades 2 y 3. En 1911 y 1920 se completa la instalación con las dos últimas turbinas de la central, la número 4 y 1, de 2000 HP cada una, conectadas a dos alternadores Siemens Schuckert de 1360 y 1800 KVA. La central fue explotada por diferentes compañías eléctricas durante más de 35 años, hasta que en 1959, al ponerse en funcionamiento el embalse y la nueva central, fue cerrada y abandonada. A su izquierda, el Rego de Teixido forma unos espectaculares saltos de agua antes de desembocar en el Eume.

Fuente: Estudio de rehabilitación de la antigua central hidroeléctrica "de Ventureira", río Eume. Autor: Guillermo Calvo Teijeiro.

Iniciamos la vuelta subiendo por la carretera que conduce a A Capela y tras 1 inevitable kilómetro por asfalto, tomamos un desvío a mano izquierda hacia el que apunta una flecha con la señal del PR.

El nuevo camino, que arranca ancho y con buen firme cual pista forestal, no es ni de lejos tan bonito como el de la vertiente contralateral, ya que discurre a media ladera y no pegado al río, y por una zona menos «rica», poblada mayoritariamente por eucaliptos, carballos y toxos. Inicialmente pasa bajo O Cal das Nogueiras y luego cruza sobre dos arroyos: el Rego da Laxe y el Rego da Pena do Coto, el cual forma una pequeña fervenza antes de esconderse bajo el puente.

Al llegar a la altura de Cinco Penas, gana espectacularidad, al ofrecernos alguna buena vista del Cañón del Eume y sobre todo, del Monasterio de Caaveiro, tan difícil de fotografiar desde las alturas.

En el tramo final, la senda se estrecha abruptamente durante unos 200 m, para terminar juntándose con el Camiño Vello de Caaveiro y bajar juntos al cenobio, al que accedimos por la taberna.

Dejando a la izquierda la Casa do Forno y las Cortes (Caballerizas), accedimos al Monasterio de San Juan de Caaveiro (S.X) por un primer tramo de escaleras que nos condujo a un primer patio «extramuros«.

Un segundo tramo de escaleras nos condujo al patio este, al pie de la Iglesia de Santa Isabel, donde hay restos de capiteles y antiguas columnas.

Y finalmente, tras subir un último tramo de escaleras, alcanzamos el patio superior, desde donde se accede a la Iglesia y a la Casa de los Canónigos; y el patio oeste, donde está la entrada al Pabellón de don Pío. La vista panorámica de Las Fragas desde el balcón que asoma al S es espectacular. En esta ocasión, al contrario que en nuestra anterior ruta, no visitamos estas dependencias, que están bien descritas en nuestra página del monasterio.

Aunque estrictamente no forma parte del recorrido, decidimos bajar desde la parte trasera de la taberna hasta el precioso Puente románico del río Sesín (o Rego da Mazoca). El paraje lo merece y son apenas 200 m.

A su derecha podemos admirar el viejo Molino de dos «moas», en el que antiguamente los monjes del cenobio molían el grano valiéndose de la fuerza del río, que en esta época forma dos enérgicos saltos de agua antes de cruzar bajo el puente.

Al otro lado del Sesín, encontramos indicaciones de la Ruta do Medievo (GR-55) y del Camiño Vello, que a partir de aquí comparten trazado en busca de As Neves, y sobre ellas, una antigua fuente de piedra.

Finalmente, tras deshacer lo andado hasta el monasterio, bajamos por el GR-55 al Puente de Santa Cristina, final de nuestra ruta.

Desde el punto de vista técnico, el recorrido carece de dificultad, aunque en mojado hay que extremar las precauciones porque hay tramos resbaladizos.

En resumen, una gozada de ruta por el Cañón del Eume. El sendero del margen izquierdo del río es sencillamente sublime, de lo mejor que hay para sumergirse en el corazón de Las Fragas y descubrir su encanto y su esencia, un ecosistema mágico habitado por gnomos invisibles, en el que los humanos deberíamos pasar de puntillas para no estropearlo.