FUENTE DE INFORMACIÓN: Cartografía del Instituto Geográfico Nacional, visor Iberpix 4. FOTOGRAFÍA: iPhone 11 Pro. ZONA: Entorno del río Belelle. DESDE: Iglesia de Santa María de Neda, Neda. CERCA DE: Neda, A Capela, Goente. ÉPOCA: agosto de 2022. ÉPOCA RECOMENDADA: cualquiera. TIPO DE RUTA: lineal, solo ida. NIVEL DE DIFICULTAD: moderado. Datos descargados de GPS SUUNTO Fénix 7: Long: 28,33 km. Desnivel acumulado positivo: 948 m. Desnivel acumulado negativo: 382 m. Cota máxima: 660 m. Cota mínima: 4 m. Tiempo: 7 h 07 min (con paradas para hacer fotos y marcar waypoints). Tiempo en movimiento: 6 h 07 min. MATERIAL: GPS, senderismo. AGUA: 1 fuente entre Formariz y el merendero de Río Cuberto (está 50 m a la derecha de la senda y está indicada con una flecha en el suelo). Se cruza el Río Belelle y los Regos do Basteiro y da Graña. TIPO DE FIRME: sendero, pista asfaltada. SEÑALIZACIÓN: marcas blancas y azules de la Senda del río Belelle, y blancas y rojas del GR-55 (Ruta do Medievo).
ITINERARIO:
Iglesia de Santa María de Neda – Cruce de la AC-115 – Senda del río Belelle – Muíño do Cubo (enfrente) – Muíño de Moncho – Rego do Basteiro – A Ponte Nova – Muíño do Carrizo (enfrente) – Área recreativa de Maciñeira – Puente de o Roxal (río Belelle) – Ponte dos Gatos (río Belelle) – O Roxal – Muíño de Taxonera – Muíño da Barcia – Central Hidroeléctrica del Belelle – A Fervenza do Marraxón – Subida de los 38 codos – Canal del Belelle – Presa y Encoro da Fervenza – Puente sobre el Belelle – Muíño da Ribeira, Chiringuito del Belelle – Aldea de A Ribeira – As Ribeiras – Molino del Monte do Rego – Formariz Puente de Formariz (río Belelle) – Área Recreativa de Río Cuberto – Río Cuberto – Puente de O Castelo (río Belelle) – O Veigón – As Costeiras – Santa María de Cabalar – Rego da Graña – As Galladas – Muíño do Barreiro, Lugar de Penauguiña – Puente de O Pereiro (río Belelle) – O Calvario – A Barbela – Fraga do Muíño – Puente de O Outeiro (río Belelle) – Represa de O Ribeirón – Herbal de Xasén – Campos Verdes – Xasén de Baixo – Cruce de la AC-564 – Pena Moura – Pena Lobeira (579 m) – Penas Cabaleiras – Monte Fontardión (665 m) – O Gallel (Goente).
Descárgate la ruta y accede a más información (mapas, waypoints, altimetrías, fotos) en el siguiente enlace de Wikiloc:
Integral Senda del Río Belelle: de Santa María de Neda al Monte Fontardión (Goente)

EL RÍO:
El Belelle, también llamado de “Santa María” o “Acua di Nida“, es un río de la provincia de La Coruña. Nace en el Barranco de la Cernada, al pie de O Pico Vello y el Monte Fontardión, en la vecindad de San Martiño de Goente (concello de As Pontes de García Rodríguez). Discurre por los municipios de A Capela, Fene y finalmente, Neda, donde desemboca en la ría de Xubia-Ferrol. A lo largo de su curso, de unos 27 km de longitud, da cobijo a distintas zonas de gran riqueza paisajística y ecológica. Especial mención merecen su cascada, conocida como «A Fervenza», un espectacular salto de agua de más de 40 metros, y la preciosa fraga por la que discurre su cauce medio y bajo. Históricamente, el río Belelle ha destacado por su idoneidad para la pesca de la trucha y ha sido de gran importancia económica para la comarca ferrolana, al ser fuente de luz (central hidroeléctrica del Monte Marraxón, Neda), de blancura (lavado de las velas de los buques en el S.XVIII), de agua (para Ferrol y otras parroquias) y de pan (molinos harineros para la elaboración del famoso «Pan de Neda»).
LA RUTA:
La ruta de hoy remonta el curso del río Belelle desde prácticamente su desembocadura en la ría de Xubia hasta el Monte Fontardión (Goente), que se alza sobre su lugar de nacimiento en el Barranco de la Cernada.
Tramo 1: Santa María de Neda – O Roxal
Partimos con la primera luz del día de la Iglesia de Santa María de Neda, ubicada en pleno Camino de Santiago Inglés, al lado de un puente que cruza el Belelle poco antes de que éste muera en la ría de Xubia. Realmente, la senda se inicia un poco más abajo, en la Iglesia de San Nicolás (S.XIV), levantada en la otra orilla del río junto a su desembocadura. Nosotros preferimos hacerlo en Santa María por comodidad, ya que se accede muy bien a ella desde la carretera AC-115 y es muy fácil aparcar.


Iglesia de Santa María de Neda

La iglesia que vemos hoy, de estilo barroco, es del S.XVIII y es una de las cuatro parroquias con las que cuenta el municipio de Neda. Al parecer, se levantó sobre las ruinas de un templo medieval (S.XII), el cual sustituyó a otro todavía más antiguo de los tiempos del rey Teodomiro (S.IV), el cual estuvo muy vinculado al proceso de cristianización de la Galicia del Norte. El actual tiene planta de cruz latina, con única nave dividida en tres tramos y rodeada de un amplio atrio. Su altar mayor custodia uno de los mayores tesoros artísticos de la Diócesis de Mondoñedo-Ferrol, el Cristo de la Cadena (foto adjunta). Esta talla llegó a Galicia en un barco procedente de Inglaterra en el año 1550. El capitán del navío era John Dutton, un católico inglés que huía de las persecuciones religiosas desatadas por Enrique VII y que decidió traer consigo dos obras maestras del arte inglés para salvarlas de la quema. Una fue este Cristo, que data de la época de los Tudor, y la otra fue la talla de la llamada “Virgen Inglesa” o “Nosa Señora a Grande“, que hoy se venera en la catedral de Mondoñedo.

Comenzamos cruzando la carretera, al otro lado de la cual encontramos un panel explicativo de la “Senda del río Belelle“, que ha sido perfectamente señalizada de principio a fin por el Club de Montaña de Ferrol con marcas azules y blancas. Los primeros 4 km son un cómodo paseo sin apenas desnivel, pasando por varios molinos (“muíños” en gallego). De hecho, este primer tramo de la senda se conoce como la “Ruta dos Muíños“. Los molinos del Belelle y su agua son la esencia y la clave del éxito del famoso “pan de Neda“. Hay muchos, unos 20 solo hasta la Fervenza, y forman parte de una red de más de 40 instalaciones distribuidas a lo largo del curso del río, cuya función era aprovechar la fuerza de sus aguas para generar riqueza. Además de molinos, muchos de los cuales siguen en funcionamiento, hay batanes, fábricas de papel, herrerías, e incluso una antigua fábrica de velas que servía a la Armada Española.



La senda discurre inicialmente por el margen derecho del río entre carballos, castaños y una rica vegetación de ribera, dejando a la izquierda los Muíños do Tinguilado (o do Foxo), do Carreiro y da Roda. Enfrente, en la otra orilla, vemos el “Muíño do Cubo“. Con una longitud de unos 100 m y una altura de 4 m, es uno de los más grandes de toda la ruta. Su nombre se debe al tipo de molino que representa, “de cubo”, los cuales se construían mayoritariamente a la vera de los ríos o riachuelos con poco o irregular caudal. El agua llenaba un gran cubo o caldero y salía por su base a través de un conducto haciendo funcionar el “rodicio”.

Un poco más adelante, pasada una pequeña represa, pasamos junto al Muíño de Moncho o del Señor Ramón (S.XIX), reformado como vivienda.




A continuación, cruzamos sucesivamente una acequia y el Rego do Basteiro (éste por una pasarela), e inmediatamente giramos a la derecha por el asfaltado Camiño do Rosal. Tras apenas 300 m, en los que dejamos a la derecha el Muíño de Jenaro (apenas visible entre la espesa vegetación), nos desviamos de nuevo a la derecha hacia A Ponte Nova y retomamos el sendero, que sale disimuladamente hacia la izquierda justo antes del puente.






De nuevo nos sumergimos en la espesa fraga y al llegar a la altura de un murete de piedra, una corta rampa pedregosa nos bajó hasta el nivel del río justo frente al Muíño do Carrizo, que durante muchos años fue la “Fábrica de papel da Mourela”.



Pasada una represa donde el Belelle, mermado por los calores del verano, se remansaba hoy sin fuerza para superar el muro de contención, nos alejamos temporalmente del cauce para afrontar un nuevo tramo de asfalto. Apenas 450 m, porque justo antes de un puente que cruza hacia el Muíño do Carregado o “do Cholo”, nos reencontramos con el río para seguir por su vera hasta el Área recreativa de Maciñeira.







A partir de ahí, 1 kilómetro realmente bonito, en el que pasamos junto a otra represa, sorteamos algún que otro riachuelo por pasarelas de cemento, y cruzamos dos veces el río por sendos puentes de piedra, el último de los cuales nos dio acceso a O Roxal.













Tramo 2: O Roxal – Muíño da Ribeira, Chiringuito del Belelle
En el centro de la aldea encontramos el desvío a la Fervenza del Belelle, a la que se accede por una pequeña carretera que pasa por el derruido Pazo de Isabel II y por los Muíños de Taxonera (o “do Neno”) y da Barcia. El primero, ubicado junto a la desembocadura del Rego de Tagonera en el Belelle, estuvo operativo hasta principios del presente siglo y ha sido reacondicionado como vivienda. En su día albergó la antigua fábrica de papel do Carballal, construida antes del año 1849 y que en 1852 fue vendida a Nicasio Taxonera Marzal, un conocido impresor de Ferrol, en cuyo honor se renombró la fábrica como “de Taxonera”. En 1941, fue de nuevo vendida a Ramón Rico Picos, apodado “O Neno”, quien la reconvirtió en molino harinero y a quien se debe el otro nombre del lugar.




El segundo molino, el da Barcia, que data de entorno al año 1880, es el mejor conservado de la ruta. Fue reconstruido entre el año 2001 y 2008, y actualmente acoge a la Asociación Micológica Viriato. En realidad, el conjunto albergaba dos molinos (Barcia y Aparceiros), ambos hidráulicos de rodicio y de tipo “tineta”. Pertenecieron a distintas generaciones de una familia y en ellos se trabajaba principalmente el trigo y el maíz.





La pista muere en la Central Hidroeléctrica del Belelle, ubicada en el Lugar de As Bardallas, al pie de la falda oriental del Monte Marraxón. A la izquierda, vemos las escaleras por las que arranca el camino que sube al Mirador de Viladonelle, y a la derecha, un puente que da acceso a las instalaciones de la central.
La Central Hidroeléctrica del Belelle fue inaugurada en 1901. Inicialmente contaba con 2 turbinas tipo Pelton de fabricación suiza, aunque 20 años más tarde se instaló una nueva tipo Francis. Estuvo en funcionamiento durante más de 60 años, conectada a la Central da Ventureira (en A Capela) para atender a la creciente demanda eléctrica de Ferrol. En 1965, como muchas otras de su tamaño, fue puesta fuera de servicio porque los gastos de mantenimiento no la hacían rentable. En 1983 fue rehabilitada, dotándose de una nueva turbina tipo Francis marca Hite de eje horizontal, poniéndose de nuevo en funcionamiento. Actualmente, siempre que haya agua suficiente, sigue en activo.




Unos metros más adelante, cruzamos el río por un segundo puente y enseguida, justo antes de iniciar la subida por la ladera, nos desviamos transitoriamente del sendero unos 150 m para visitar la auténtica joya del Belelle, la Fervenza (“cascada” en Español).




Este salto de agua, conocido también como “A Fervenza do Marraxón” y generado por el río Belelle al precipitarse por una pared granítica de unos 45 m de altura, es sin duda alguna uno de los parajes naturales más espectaculares de Galicia. El ensordecedor ruido del agua al caer, las gotas en suspensión que nos empapan imperceptiblemente y la maravillosa fraga circundante, crean una atmósfera única. Si encima no hay gente, como era hoy el caso, pues un auténtico lujo. En invierno lleva mucha más agua, pero aún en verano resulta increíble. Debajo del chorro principal hay una poza a la que se puede acceder con una pequeña trepada y donde es un lujo pegarse un chapuzón.



De vuelta en la senda, afrontamos la “subida de los 38 codos“, unas exigentes zetas que en apenas 700 m salvan los 150 m de desnivel que hay entre la Central y el Canal del Belelle. En el camino, hay dos puntos desde los que se tiene una buena vista de la cascada desde lo alto.






El Caz del Belelle tiene unos 2150 m de longitud y comunica la presa da Fervenza con la cámara de carga, ubicada apenas unos metros al N del final de las zetas. Desde esta última, las aguas se precipitan hacia la Central por una tubería, generando un salto de 135 m de altura que alimenta las turbinas. Antiguamente se podía caminar por el propio canal, pero actualmente está vallado y la senda discurre paralela a él. Los primeros metros son por terreno despejado con buenas vistas de la garganta y se pasa por un aliviadero del canal, que en épocas de gran caudal forma una pequeña cascada hacia el río (las fotos que pongo con agua son de otra de nuestras rutas).




Luego el sendero se sumerge de nuevo en el bosque durante unos 2 km realmente originales, en los que se alternan tramos expuestos protegidos con barandilla, con tramos de escaleras y túneles excavados en la roca.









Al final de una larga pasarela y con el río ya a nuestro nivel, encontramos la Presa da Fervenza, que retiene un testimonial encoro, prácticamente inexistente en esta época.





A partir de ahí, el sendero discurre agradablemente a la vera del Belelle durante 1 km largo. Primero por su margen izquierdo, pasando por unas pozas, y luego, tras cruzar un viejo puente, por su orilla derecha hasta llegar al Muíño da Ribeira.











Cruzando el puente anexo al molino, hoy reconvertido en vivienda, se accede al Chiringuito del Belelle, que recientemente ha reabierto sus puertas. Un buen lugar para hacer un alto en el camino y probar el pulpo, muy bueno 😜).




Tramo 3: A Ribeira – Formariz (As Ribeiras)
Volviendo a la otra orilla, continuamos unos 300 m por asfalto atravesando la aldea de A Ribeira. Pasada ésta, nos desviamos a la derecha por un sendero que nos condujo de nuevo junto al río, que en esta zona, conocida como As Ribeiras, se deja ver solo a retazos entre la espesa vegetación.




Al pie del Monte do Rego, encontramos otro molino medio escondido y a continuación, coincidiendo con la desembocadura de un regato que baja de Penas Louseiras y que se salva por una pasarela, está el único punto de la ruta en el que nos costó un poco seguir la senda, cuya traza se difumina un poco entre el follaje. En cualquier caso, tirando de GPS y buscando las marcas azules y blancas en los troncos de los árboles, superamos el pequeño escollo y nos reencontramos con un sendero ya más diáfano para llegar a Formariz.










Por esta aldea pasa también la Ruta do Medievo (GR-55), una travesía de más de 90 km que une Mandeo (Betanzos) con San Andrés de Teixido (Serra da Capelada). Al pie de una de las casas vemos un poste con las marcas del GR, que nos van acompañar desde aquí hasta pasado el Muíño do Barreiro, tramo compartido por ambas rutas.

Tramo 4: Río Cuberto – Muíño do Barreiro
Este es para mí el tramo más hermoso de la ruta. Dejamos atrás Formariz por la carretera que la une con Os Carballás, que un poco más abajo cruza el Belelle por un puente. Al otro lado, nos desviamos a la izquierda hacia el Área Recreativa de Río Cuberto, donde el río recibe las aguas del Rego Castelo. En este punto, que coincide más o menos con la mitad del trayecto, fuimos a propósito infieles al trazado de la Senda del Belelle. Tanto ésta como el GR-55 siguen por la carretera para evitar el paso de Río Cuberto y creo que merece la pena no perdérselo.






Desde el merendero continuamos por una estrecha senda paralela al río y enseguida nos encontramos con el Río Cuberto, que hace referencia a un curioso fenómeno natural: en un corto tramo de su cauce, unos 150 m, el Belelle deja de ser visible e, incluso en épocas de gran caudal, desaparece bajo unos enormes bolos graníticos. El sendero sobrevuela la zona sin mayor dificultad que una empinada rampa.




Tras recibir por la derecha a la senda oficial y al GR-55, cruzamos de nuevo el río por el puente de O Castelo.



El tránsito por la otra orilla es una absoluta delicia, acompañando al Belelle en su suave descenso por la fraga bajo la ladera S del Monte da Chabola, y luego por la zona de O Veigón y As Costeiras.





A la altura de la Parroquia de Santa María de Cabalar, la senda se interrumpe con un breve tramo de asfalto, apenas 100 m, porque antes de que la carretera gire hacia O Barreiro, nos desviamos a la derecha por un nuevo sendero compartido con la “Ruta dos Castelos e Mosteiros“.




Tras aproximadamente 1 kilómetro, en el que cruzamos el Rego da Graña e ignoramos dos ramales que salen a la izquierda, cruzamos de nuevo el Belelle por el Puente de Penauguiña para acceder al Muíño do Barreiro.








Este molino de agua, ubicado en el Lugar de Penauguiña, es uno de los tesoros ocultos del Belelle. Data de finales del S.XIX (año 1883) y estuvo en funcionamiento hasta 1960 aproximadamente. Se trataba de un molino privado “de Maquía”, es decir, los vecinos traían aquí sus cereales (mijo, avena, centeno y trigo) y el molinero les daba la harina quedándose a cambio una parte del grano (la llamada “maquía”, generalmente un 10%).


Tramo 5: Lugar de Penauguiña – Xasén de Baixo
Dejamos atrás el molino remontando la ladera hacia el Lugar de Martín. A media subida, abandonamos el GR-55 y la Ruta do Medievo, que siguen de frente en busca de las tierras del Mandeo, para bajar de nuevo hasta el Belelle y cruzarlo por el puente de O Pereiro. A partir de ahí, coincidiendo con la entrada en el Municipio da Capela, nos separamos transitoriamente del río subiendo por la zona de O Calvario hasta desembocar en una carretera al lado de A Barbela.





Cruzamos la calzada y continuamos por una pista asfaltada que sale de frente en dirección al Lugar de Bertoña. Justo antes del puente de O Edreiro, nos desviamos a la izquierda por un sendero para acompañar el Belelle por la preciosa Fraga do Muíño, donde se esconde el viejo Muíño de O Outeiro.






Al final de un prado en cuesta, giramos a la derecha por la carretera de Porcar a O Outeiro cruzando por última vez el Belelle, que a partir de aquí pierde anchura y se vuelve más esquivo.




Pasado el puente, retomamos la senda por la otra orilla para afrontar su tramo más farragoso: primero, junto a un inmenso maizal protegido por un pastor eléctrico (cuidado que da unos viajes 🤪); y luego, pasada una pequeña represa, por el Herbal de Xasén, bastante cerrado de vegetación y donde hay que ir atento a las marcas.










Superado el trago, llegamos a Campos Verdes, donde giramos a la derecha y, ya por asfalto, pasamos por Xasén de Baixo para desembocar en la AC-564.




Tramo 6: Xasén de Baixo – O Gallel (Goente)
Cruzamos con cuidado la carretera, punto más peligroso de la ruta, y el panorama cambia radicalmente. Atrás quedan el bosque ribereño y el río, que vamos dejando a la izquierda, y por por delante se nos abre un duro paisaje montañoso típico de la dorsal gallega o de las tierras altas escocesas, caracterizado por cumbres desnudas de perfil alomado, salpicadas de turberas, brezales, toxos, penedos graníticos y ganadería brava. El camino, inicialmente ancho y cómodo, asciende suavemente por la cuerda que separa el Parque Natural de las Fragas del Eume (a la derecha) de la Sierra del Forgoselo (a la izquierda). La primera elevación que nos encontramos, y que dejamos ligeramente a la derecha, es Pena Moura (458 m), desde la que se tiene una buena perspectiva de lo que nos queda por delante.



La siguiente es Pena Lobeira (579 m) y para llegar a ella hay que desviarse momentáneamente de la senda hacia la izquierda. Su cima está coronada por un gigantesco bolo granítico, bajo el que se suelen refugiar caballos salvajes. Merece la pena trepar hasta lo alto para disfrutar de las vistas del Forgoselo, Monfero, y la Serras do Xistral y da Capelada. Al pie de A Lobeira, ligeramente hacia el NE y al lado de Casa Uría, nace precisamente el Belelle de la confluencia de los Regos das Felgueiras y da Cernada.





Descendimos del pico en dirección SE hasta el collado (540 m) que lo separa de As Veiguiñas. Allí nos reincorporarnos al camino, que sigue tras una cancela hacia el Barranco de la Cernada. Tras unos 200 m, lo abandonamos para subir atrochando por el pinar hasta Penas Cabalgueiras y desde allí, al Monte Fontardión (665 m).






Desde la cima, que alberga varias antenas y un vértice geodésico, se tienen unas vistas que hacen honor a su condición de techo de las Fragas del Eume. En un día claro y mirando hacia el SE, se llegan a identificar las cumbres de Ancares.




Finalmente, tomando la pista que sale en dirección S, bajamos a O Gallel (Goente), punto final de nuestra travesía.


Desde el punto de vista técnico, el recorrido carece de dificultad, con la salvedad del tramo un tanto tupido de vegetación del Herbal de Xasén, que se pasa sin gran dificultad.
En resumen, una ruta espectacular por uno de los entornos más bonitos del interior de la Costa Ártabra.