El Valle de la Fuenfría

El Valle de la Fuenfría está situado en la vertiente sur de la zona central de la Sierra de Guadarrama (Sistema Central), dentro del término municipal de Cercedilla, en la Comunidad de Madrid. Se extiende de norte a sur desde el Puerto de la Fuenfría (1792 m), situado en el límite de las provincias de Madrid y Segovia, hasta el municipio de Cercedilla (1214 m), teniendo una longitud aproximada de 6 km y una anchura media de 2,5 km. Su límite oeste es el cordal que va desde La Peñota (1944 m) al Cerro Minguete (2026 m) pasando por Peña el Águila (2008 m) y Peña Bercial (2002 m). Por el este, está flanqueado de norte a sur por el Cerro Ventoso (1964) y por la más occidental de las cimas de Siete Picos, el Pico de Majalasna (1934 m). Por el interior del valle, poblado casi en su totalidad por pino silvestre, discurren numerosos arroyos, siendo el principal el río de la Venta.

Como curiosidades históricas de este entorno, cabe destacar la importante huella romana, alemana, republicana y compostelana que hay en el valle.

De las Dehesas de Cercedilla, área recreativa de la zona, sale la llamada Calzada Romana de la Fuenfría. Esta vía son los restos de la primitiva calzada romana que unía Segovia con Miacum (Collado Mediano) y con Titulcia, la cual se construyó en la época del emperador Vespasiano (S. I: 69-79 d.C.) como parte de la Vía XXIV o Antonina que unía Emerita Augusta (Mérida) con Caesaraugusta (Zaragoza). Para unir estas localidades, los ingenieros romanos eligieron atravesar la Sierra de Guadarrama por el Valle de la Fuenfría, el puerto del mismo nombre y Los Montes de Valsaín. Muchos años después, en el S. XVIII, los Borbones mandaron construir otra calzada para trasladarse durante el verano al Palacio de La Granja, La Calzada Borbónica. Debido a la profunda transformación que sufrió la zona en tiempos de Felipe V, no se sabe con certeza que parte de la actual Calzada Romana de la Fuenfría se corresponde con la primitiva obra romana, aunque trabajos arqueológicos recientes han permitido separar el antiguo trazado de las reconstrucciones medievales y de la Calzada Borbónica. Además de los restos de la calzada romana, se conservan 4 puentes de esa época (Puentes del Molino o del Reajo, de la Venta, del Descalzo y de Enmedio). El primero y el segundo, ambos sobre el río de la Venta, están en la M-622 antes de llegar al túnel bajo las vías del ferrocarril y un poco antes de las Dehesas, respectivamente. El tercero y el cuarto cruzan pequeños arroyos de la parte alta de la Fuenfría.

La huella alemana del valle data de principios del S. XX, más o menos por la misma época en la que no lejos de allí, el noruego Birgen Sörensen comenzaba a caminar por la hoy llamada “Loma del Noruego” (historia descrita en las rutas por esa zona). En 1902, un grupo de alemanes muy deportistas, pioneros del alpinismo en esta sierra, comenzaron a recorrer el Valle de la Fuenfría y dicen que solían refrescarse en un salto de agua de unos dos metros de altura que forma parte del curso del Arroyo de la Navazuela y que está al lado de la Carretera de la República. A este paraje se le conoce hoy como “Ducha de los Alemanes”. Un poco más tarde, en 1926, un europeo de origen germánico (puede que suizo o austriaco) llamado Eduardo Schmidt, socio número 13 de la Real Sociedad Española de Alpinismo Peñalara, señalizó la ruta que unía los albergues de los dos grandes pasos de montaña de la Sierra de Guadarrama, el Puerto de la Fuenfría y el Puerto de Navacerrada. Schmidt, pionero del alpinismo y el esquí en la sierra y en España junto a los noruegos, fue el primer guarda del albergue de la Fuenfría, construido en 1917. Parece ser que trazó el itinerario para ir a visitar a los guardas del otro albergue, el de Navacerrada, construido en 1927. En la parte final de su vida, Schmidt pasó una temporada en Trillo (Guadalajara), donde conoció a su esposa Paquita. Curiosamente, el literato y Premio Nobel español Camilo José Cela inmortalizó a Schmidt en su libro Viaje a la Alcarria (1948): “[…] a la entrada del pueblo hay una casa muy arreglada, toda cubierta de flores; en ella vive, ya viejo y retirado, cultivando sus rosales y sus claveles y trabajando su huerta, un veterano alpinista que se llama Schmidt. […] fue un montañero famoso; en la sierra de Guadarrama hay un camino que lleva su nombre […]”. Schmidt falleció en El Espinar (Segovia) en 1962. Hoy en día, su recorrido entre los albergues lleva su nombre “Camino Schmidt” (o Schmid) y es uno de los más transitados de la sierra.

De la parte alta de la Estación de tren de Cercedilla parte también la llamada Carretera de la República o Camino Puricelli, una pista forestal que asciende serpenteando por el valle hasta el Puerto de la Fuenfría y que goza de varios miradores (Vicente Aleixandre, Luis Rosales, Mirador de la Calva o de la Reina). Sus dos nombres derivan de que su construcción se llevó a cabo en la II República por la empresa Puricelli, siendo parte de un proyecto (curiosamente similar al romano) para unir Cercedilla con Valsaín a través del Puerto de la Fuenfría. El supuesto y estúpido sentido de la carretera era acercar la montaña a las clases menos pudientes. Es cuando menos curioso que reyes y republicanos, bajo pretextos radicalmente opuestos y en épocas diferentes, profanasen por igual la montaña. Los trabajos fueron interrumpidos por la Guerra Civil del 36 y por fortuna nunca se reanudaron, quedando todo en una “pista forestal” en vez de en una carretera, evitando lo que hubiera supuesto un gran atentado contra estas montañas. En realidad, siendo puristas, el Camino Puricelli y la Carretera de la República no son lo mismo. Se le llama Camino Puricelli a la primera parte del recorrido (hasta el Hospital de la Fuenfría) y Carretera de la República a la segunda (desde el Hospital hasta el Puerto de la Fuenfría). Para hacer el recorrido completo desde su origen, hay que subir desde la Estación de tren de Cercedilla por el Sendero Ródenas, el cual asciende al Cerro del Reajo Alto hasta unirse con el Puricelli. En su parte final, el Puricelli se une al Camino de los Campamentos para llegar al Hospital de la Fuenfría y continuarse con la Carretera de la República. Desde el Puerto de la Fuenfría, la pista continúa hasta la falda este de La Peñota, recibiendo dos nombres según el tramo, Vereda del Infante (desde la Fuenfría al Collado de Marichiva) y Pista Forestal de la Calle Alta (desde Marichiva hasta el final).

El Valle de la Fuenfría es también paso del Camino de Santiago de Madrid o Ruta Jacobea Madrileña. Este “otro Camino” arranca en la capital de España, cruza la Sierra de Guadarrama por el Puerto de la Fuenfría y se une al Camino de Santiago Francés a la altura de Sahagún, tras atravesar la meseta septentrional en las provincias de Segovia, Valladolid y León por la Tierra de Pinares, Montes Torozos y Tierra de Campos. La etapa que une Cercedilla con Segovia (30 km) es de las más bonitas del Camino y discurre por los restos de la mencionada Calzada Romana. Esta ruta jacobea fue usada también hasta el S. XX por los segadores gallegos que desde Lugo venían a Castilla para la temporada de siega. Curiosamente, la ciudad de Madrid y el Camino de Santiago nacen casi a la vez. La actual Madrid se funda en el año 854, al poco de descubrirse el sepulcro del Apóstol en Compostela. El hallazgo sepulcral debió producirse entre los años 820 y 830, probablemente en el 829, fecha del primer escrito local que cita que el descubrimiento fue en tiempos de Teodomiro, obispo de Iria, y bajo el reinado de Alfonso II el Casto. La noticia generó un gran impacto en toda Europa y a partir de esta fecha surge el embrión de lo que será la ciudad de Compostela y el Camino de Santiago. La temprana devoción madrileña al Apóstol queda patente por el hecho de que a finales del S. XII, una de las diez parroquias con las que cuenta la ciudad está dedicada a Santiago el Mayor. Es de suponer que si había devoción y había infraestructura (la antigua Calzada Romana), los orígenes del Camino de Santiago de Madrid se remonten al final del primer milenio y comienzos del segundo.

Bibliografía: