De Yela a Cívica por los Quejigares de Brihuega y el Valle del Tajuña

FUENTE DE INFORMACIÓN: Cartografía del Instituto Geográfico Nacional, visor Iberpix 4.
FOTOGRAFÍA: iPhone 11 Pro.
ZONA: La Alcarria Alta.
DESDE: Yela (1118 m), provincia de Guadalajara.
CERCA DE: Yela, Cívica, Brihuega, Villaviciosa de Tajuña, Masegoso de Tajuña, Barriopedro.
ÉPOCA: mayo de 2022.
TIPO DE RUTA: circular.
NIVEL DE DIFICULTAD: bajo.
Datos descargados de GPS iPhone 11 Pro: Longitud: 14,82 km. Desnivel acumulado positivo: 274 m. Desnivel acumulado negativo: 274 m. Punto más alto: 1063 m. Punto más bajo: 870 m. Tiempo empleado: 4 h 55 min (con calma y paradas para sacar fotos y marcar waypoints). Tiempo en movimiento: 3 h 27 min.
MATERIAL: GPS, senderismo.
TIPO DE FIRME: pista forestal, sendero, trocha.
AGUA: 4 fuentes: 2 en Yela y 2 en Cívica. Se pasa junto al Arroyo de la Fuente del Lobo y se cruzan los Arroyos del Pozón y de Valdecívica. Chorrera de Cívica.
SEÑALIZACIÓN: postes verdes de la "Ruta de los Quejigares de Brihuega".

ITINERARIO:
Yela (1118 m), Plaza de la Olma – Ruta de los Quejigares de Brihuega – Antiguo emplazamiento de la Ermita de Santa Bárbara – Las Eras – Las Motos – El Aguadero – Cerro del Pozón – Corral Valdelaventilla – Roble Lobero – Almacén subterráneo de gas de Yela – Barranco de la Fuente del Lobo – La Tasuguera – Arroyo de la Fuente del Lobo – Laguna – Casas del Peujar – Arroyo del Pozón – Solana del Tejar – Arroyo de Valdecívica – Cívica – Cascada de Cívica – Requijada – Barranco de Miralpez – Camino del Molino – Fuente Nueva – Fuente de la Plaza – Yela.

Descárgate la ruta y accede a más información (mapas, waypoints, altimetrías, fotos) en el siguiente enlace de Wikiloc:
De Yela a Cívica por los Quejigares de Brihuega y el Valle del Tajuña

EL ENTORNO:

LA ALCARRIA:

Imagen e información obtenidas de Wikipedia.

Inmortalizada por Camilo José Cela como «un hermoso país al que a la gente no le da la gana ir«, La Alcarria es una comarca natural castellana situada en la submeseta Sur, que comprende la mayor parte del centro y sur de la provincia de Guadalajara, el noroeste de la provincia de Cuenca y el sureste de la provincia de Madrid. Administrativamente, alberga 187 municipios que se extienden a lo largo de 8 456 km². Dentro de La Alcarria se distinguen varias zonas o subcomarcas: Alcarria Alta y Alcarria Baja (Guadalajara), Alcarria de Alcalá y Alcarria de Chinchón (Madrid), y Alcarria conquense (Cuenca). Desde el punto de vista geomorfológico, la comarca destaca por su relieve tubular, donde las grandes superficies del páramo se intercalan con los valles de los ríos (Henares, Tajuña, Jarama, Tajo y Guadiela). Aparte de por su gran atractivo paisajístico y por su vasto patrimonio histórico, La Alcarria es famosa por su miel (primera denominación de origen apícola constituida en España), por su aceite (D.O. Aceite de la Alcarria), por las aceitunas de camporreal, por sus vinos (denominaciones de origen: Mondejar, Vinos de Madrid y Uclés) y por su famoso cordero.

LA RUTA:
La ruta de hoy es una circular entre Yela y Cívica, yendo por los Quejigares de Brihuega y regresando por el Valle del Tajuña y el Camino del Molino (Barranco de Miralpez).

Partimos de Yela (1118 m), pequeño pueblo guadalajareño con apenas 11 habitantes, pedanía de Brihuega y perteneciente a la comarca de la Alcarria Alta. Dejamos el coche a la entrada de la Plaza de la Olma, llamada así en honor al árbol que presidió la misma hasta que se secó a finales de los 80. La Olma en cuestión tenía por entonces unos 240 años. En 2016, los vecinos plantaron, en el mismo lugar que ocupaba la antigua, un nuevo ejemplar resistente a la grafiosis que luce hoy en la plaza con un tamaño ya considerable.

La Olma de Yela

Por encima de la iglesia despuntabas, 
a la plaza tu sombra la envolvía,
vida y muerte tus brazos acogía,
majestuosa e imperial te levantabas.


Mudo testigo de sucesos que callabas
aunque el rumor de tus hojas siempre oía,
la infancia bajo tus ramas se perdía,
en el devenir de Yela siempre estabas.


Melancólica moriste de tristeza,
por ver tu pueblo solo y despoblado
las arrugas del tiempo en tu corteza
relataban historias del pasado.
Lo que puedo asegurarte con certeza
es que tu recuerdo aún no se ha borrado.

Ramón Jiménez, marzo 2016

La antigua Olma en el año 1984.
A la derecha, la nueva Olma sobre un pie circular.

Enfrente, la Iglesia parroquial de Nuestra Señora de los Llanos, un templo románico que, según los expertos, data de los siglos IX a XII. A pesar de su casi completa destrucción durante la Guerra Civil y su desafortunada (para algunos) reconstrucción en 1950, está considerada como un muy buen ejemplo del arte románico alcarreño-seguntino. Lo más destacado de la iglesia es su atrio porticado con arcos de medio punto sobre columnas con decoración vegetal.

Arrancamos subiendo entre las casas hacia el S y enseguida encontramos las indicaciones de la «Ruta de los Quejigares de Brihuega«, por la que discurre esta primera parte del recorrido.

En la parte alta, desde la que tenemos una bonita vista del pueblo, encontramos una bifurcación en la que dejamos a la derecha el Camino de las Añadas y giramos a la izquierda hacia el lugar donde antiguamente estaba la Ermita de Santa Bárbara. Y es que, en tiempos, Yela contaba con tres ermitas: la de San Roque, la de Santa Bárbara y la de La Soledad. Hoy sólo queda ésta última, ubicada en la plaza, al lado del cementerio.

A partir de ahí, la pista discurre sin desnivel en dirección SO, pasando sucesivamente por la zona de Las Eras, Las Motos y El Aguadero. A ambos lados, vastos campos de cultivo salpicados por quéjigos centenarios y algún que otro majuelo. Los primeros forman parte del que dicen es el quejigar más extenso del sur de Europa, un espacio protegido conocido como ZEC «Quejigares de Barriopedro y Brihuega«.

Quéjigo (Quercus faginea)

El quéjigo (Quercus faginea), también llamado «roble carrasqueño» o «roble valenciano», es un árbol marescente de la familia de las fagáceas, autóctono del bosque mediterráneo (norte de África y Península Ibérica). Está emparentado con los robles (Quercus pyrenaica) y con las encinas (Quercus ilex), con los que comparte el fruto, la bellota, y la colonización por gallaritas o agallas. Al igual que el roble, y a diferencia de la encina, es caducifolio. Las hojas son de color verde lustroso por el haz y pálido por el envés, con el borde recorrido por dientes poco profundos, a veces punzantes; semicaducas o marcescentes, se pueden encontrar en pleno invierno hojas que conservan su color verde; las marchitas permanecen largo tiempo en sus ramas antes de caer. Las flores son muy sencillas y van reunidas en grupitos sobre amentos colgantes.

Pasado el Cerro del Pozón, abandonamos transitoriamente la pista, desviándonos a la izquierda.

El nuevo camino va girando a la derecha entre el Corral Valdelaventilla y Roble Lobero, para terminar desembocando en la pista anterior poco antes del Almacén subterráneo de gas de Yela.

En la esquina de las instalaciones gasísticas, giramos a la izquierda para iniciar una bajada de unos 2,5 km por el Barranco de la Fuente del Lobo. El camino, ancho y con buen firme, atraviesa inicialmente las verdes praderas (al menos en esta época) de La Tasuguera.

Luego desciende entre el Cerro Don Ángel (derecha) y el Cerro los Majos (izquierda), pasando a escasos metros de la Fuente del Lobo, donde nace el arroyo que da nombre al barranco y con el cual llegamos a contactar.

Ya casi abajo, y antes de una bifurcación en la que ignoramos el ramal de la derecha hacia la Casa de los Palazuelos del Agua, hallamos una hermosa laguna escondida entre la espesa vegetación.

La bajada termina en las ruinas de las Casas del Peujar, ubicadas a la vera del Tajuña.

A partir de ahí, el camino discurre por la margen derecha del río en suave sube y baja, tornándose en estrecho sendero hasta la base del Cerro del Moro, y volviendo a ensancharse para cruzar el Arroyo del Pozón y la ladera de Solana del Tejar.

Tras pasar sobre un nuevo arroyo, el de Valdecívica, entramos en otra pequeña pedanía de Brihuega, Cívica. Entre las casas de su parte alta, hallamos dos fuentes, una de 2012 y otra de finales del XVIII (año 1797) que cuenta con siete caños. Y a su lado, un inquietante criadero de víboras.

Pero lo que hace famoso a este pueblo está en su parte baja, alzándose sobre la carretera CM-2011: la aldea abandonada de Cívica.

Cívica

CívicaCeivica o Cíbica, es un antiguo asentamiento excavado literalmente en una pared kárstica y rodeado de frondosa vegetación. Un curioso paraje en el que conviven en sorprendente armonía la obra humana y la Naturaleza más salvaje. Se cree que el lugar estuvo ya habitado en la Edad Media, cuando pertenecía a la Tierra de Atienza, o incluso antes, en tiempos de los celtíberos, sirviendo probablemente de morada a eremitas, ermitaños, monjes y templarios. Algunas referencias históricas aseguran que aquí hubo una casa grande y una granja que fueron compradas en 1441 por los monjes jerónimos de Villaviciosa de Tajuña a su dueño, Antón Díaz, residente en Cifuentes.

El lugar tal y como lo conocemos hoy es fruto de una obra encargada por el cura de la cercana localidad de Valderrebollo, Don Aurelio, a Hipólito Henche en los años 1950 a 1970. La aldea consta de una intrincada red de galerías y grutas labradas en la roca, iluminadas tenuemente por una luz cenital que se filtra a través de pequeñas oquedades y protegidas por múltiples balaustradas.

Apenas unos metros al O, siguiendo por la carretera, se esconde la Cascada de Cívica, un precioso y multicolor salto de agua de unos 8-10 m de altura, cuyas aguas son tributarias del Tajuña.

Iniciamos la vuelta ascendiendo desde el extremo E del pueblo hasta la base del Cerro de la Cruz. Este es el único tramo con cierta dificultad de la ruta. La subida son unos 400 m bastante empinados y campo a través (aunque se camina bien porque no hay apenas matorral) y culmina en la intersección con un camino que viene de la parte alta de Cívica. De hecho, si nos queremos ahorrar el trago, siempre tenemos la opción de deshacer lo andado desde la aldea abandonada hasta la entrada del pueblo (punto X en Wikiloc) y subir directamente por este sendero.

Desde allí, continuamos paralelos al Tajuña sin apenas desnivel.

Pasada la zona de Requijada, el sendero gira a la izquierda hacia el Barranco de Miralpez y con Yela ya en el horizonte, termina desembocando en la Carretera de Caseta.

Al otro lado de la calzada, tomamos el Camino del Molino, por el que discurre la «Ruta del Monte y las Huertas» y que de bajada conduce al Molino de Yela. Al amparo de la arboleda y paralelos al arroyo que nace en el pueblo y alimenta al Miralpez, afrontamos la última subida de la ruta pasando por la Fuente Nueva.

Finalmente, tras unirnos de nuevo a la carretera, llegamos de vuelta a Yela, a la que entramos por la Fuente de la Plaza, «de abundantes y buenas aguas» y que data del siglo IX, según unos, o del XVI según otros.

Los yelanos, gente amable y orgullosa de sus tradiciones, nos recibieron en la plaza afanados con los preparativos de la XXXI Romería de la Virgen de los Llanos.

Desde el punto de vista técnico, el recorrido es fácil, a excepción de la mencionada y obviable subida campo a través al Cerro de la Cruz.

En resumen, una bonita y fácil ruta con todo el sabor de La Alcarria. Un apacible paseo que nos sorprenderá por la singular belleza de los Quejigares de Brihuega, los contraluces de la laguna escondida del Barranco de la Fuente del Lobo, la curiosa aldea abandonada excavada en la roca de Cívica y su bella chorrera, por la placidez de la Vega del Tajuña y por supuesto por Yela, un pueblo devoto de su Virgen y con nostalgia de un árbol centenario. Se puede hacer en cualquier época, pero mejor en primavera, con los campos exuberantes teñidos de verde intenso.