De Ocentejo al Hundido de Armallones (Parque Natural del Alto Tajo)

FUENTE DE INFORMACIÓN: Cartografía del Instituto Geográfico Nacional, visor Iberpix 4.
FOTOGRAFÍA: iPhone 11 Pro.
ZONA: Parque Natural del Alto Tajo, provincia de Guadalajara.
DESDE: Ocentejo (860 m), Guadalajara.
CERCA DE: Ocentejo, Sacecorbo, Valtablado Del Río.
ÉPOCA: julio de 2022.
TIPO DE RUTA: lineal, ida y vuelta.
NIVEL DE DIFICULTAD: bajo.
Datos descargados de GPS GARMIN Fénix 7: Longitud: 11,3 km. Desnivel acumulado positivo: 292 m. Desnivel acumulado negativo: 292 m. Cota máxima: 895 m. Cota mínima: 811 m. Tiempo empleado: 4 h 21 min (con calma y paradas para fotos, para marcar waypoints y para bañarse en el Tajo). Tiempo en movimiento 2 h 29 min.
MATERIAL: senderismo, GPS.
AGUA: 1 fuente en la plaza de Ocentejo y otra en la salida. Barranco de la Hoz, río Tajo.
TIPO DE FIRME: pista, camino.
SEÑALIZACIÓN: paneles informativos en la salida.

ITINERARIO:
Ocentejo (860 m) – Barranco de la Hoz – Camino de Armallones – Los Cerrillos (868 m) – Cañón del Alto Tajo – Estrecho de la Tormellera – Hundido de Armallones – Vado del Hito – Las Carquimas, y vuelta por el mismo camino.

Descárgate la ruta y accede a más información (mapas, waypoints, altimetrías, fotos) en el siguiente enlace de Wikiloc:
De Ocentejo al Hundido de Armallones (Parque Natural del Alto Tajo)

LA RUTA:
La ruta de hoy discurre entre Ocentejo y el Hundido de Armallones, un espectacular tramo del Cañón del Alto Tajo en el que el río serpentea entre verticales paredes kársticas, cuyos escarpes rocosos son morada de águilas reales y perdiceras, halcones peregrinos, alimoches y buitres leonados.

Partimos de Ocentejo (860 m), un pequeño pueblo gualadajareño perteneciente a la Comarca de Molina-Alto Tajo y que cuenta con apenas 17 habitantes (2021). Dejamos el coche en el extremo S del pueblo, al final de la Calle Estrella y al lado de la Oficina de Información Turística, donde hay paneles informativos que explican la ruta.

Arrancamos por la pista que sale en dirección SE, la cual discurre paralela al Barranco de la Hoz en suave pendiente descendente. A la derecha, junto al arroyo, encontramos una fuente (coged agua porque es la única que veremos a lo largo de la ruta); y a la izquierda, dejamos varios huertos cuidadosamente trabajados bajo la ladera de Haza de la Fuente.

Tras unos 900 m, el camino se bifurca. El ramal de la derecha sigue acompañando al barranco hasta su desembocadura en el Tajo. Nosotros continuamos por la izquierda rodeando la ladera S del Pico del Alar. Al principio es subida, hasta alcanzar la cota 868 m de Los Cerrillos, donde hay unas antiguas majadas escondidas entre la maleza; y luego ya es todo bajada hasta el Cañón del Alto Tajo.

Un panel protegido por un pequeño techado nos informa sobre la «anatomía» y la génesis del cañón, al que accedimos por el Estrecho de la Tormellera. Abajo, un Tajo de aguas puras y cristalinas que bajaba sorprendentemente alegre a pesar de las temperaturas extremas de este verano de 2022.

Un poco más adelante, otro cartel nos explica el origen del Hundido de Armallones, que se formó en el S.XVI como resultado de un desprendimiento de grandes bloques de roca desde la parte alta de la pared oriental del cañón. Hoy en día, aún se pueden ver abajo los bolos rocosos entre los que el Tajo se ha ido abriendo paso con los años.

Tras un pequeño repecho, el camino desciende hasta el nivel del río en el Vado del Hito, un precioso rincón en el que empezamos a disfrutar del impresionante «Tajo turquesa«.

Escasos 100 m después, podemos acceder a la orilla del río en una zona de bajo calado, donde encontramos alguna que otra poza. Un lugar idílico para darse un refrescante chapuzón.

A partir de ahí, el camino discurre sin apenas desnivel durante unos 600 m: primero, literalmente excavado bajo la pared rocosa, en la que se puede ver algún «pliegue» convenientemente explicado en un panel, y después, a la sombra de una agradable arboleda.

Al llegar frente al paraje de La Cueva, comenzamos de nuevo a subir. En el suelo, una enorme piedra recientemente desprendida de la pared caliza nos dio una idea de lo que pudo suceder en este entorno hace más de 400 años.

Coronamos en un alto a unos 860 m de altitud. Merece la pena desviarse ligeramente del camino y encaramarse al risco que hay a la derecha, ya que es un espectacular mirador del Cañón. Al fondo vemos el Alto del Picozo, y abajo el Tajo, descendiendo silencioso bajo la rocosa ladera de Las Carquimas.

De vuelta en el camino, comenzamos a bajar. Enseguida, hacia la pared contralateral, tenemos una espectacular vista de la garganta que aloja los Ojos de las Carquimas u «Ojos de la Carquima«, una cascada natural que emerge desde dos cuevas y vierte sus aguas al Tajo. La chorrera no se ve desde aquí, pero sí el espectacular risco que las sobrevuela (1004 m). A la derecha, se aprecia también el risco-mirador al que nos habíamos asomado antes para ver el Cañón.

Tras descender tanto como lo subido, nos topamos con una bifurcación. Por el ramal de la izquierda llegaríamos en unos minutos a las Salinas de la Inesperada. El ramal de la derecha, por el que seguimos, muere a la vera del Tajo en una barrera que antecede a una caseta. Precioso también el río a esta altura, que baja con inusitada fuerza bajo Las Carquimas.

La vuelta la hicimos por el mismo camino de la ida.

Al terminar, nos dimos una vuelta por el pueblo, visitando la Chopera de la Fuente de la Calzada, la plaza y la Iglesia parroquial de Nuestra Señora, reconstruida en el siglo XIX y que guarda obras de orfebrería barroca del XVIII.

Desde el punto de vista técnico, el recorrido carece totalmente de dificultad.

En resumen, una ruta fácil y muy rentable desde el punto de vista paisajístico. Nos ha impresionado la salvaje belleza del río Tajo a su paso por el Hundido de Armallones. No conocíamos el Parque Natural del Alto Tajo y ya tenemos ganas de hacer otra ruta por este maravilloso y sorprendente entorno. Una vez más, Guadalajara, esa gran desconocida !!!