De Retiendas al Puente Medieval de Valdesotos por el Monasterio de Bonaval y la Hoz del Jarama

FUENTE DE INFORMACIÓN: Cartografía del Instituto Geográfico Nacional, visor Iberpix 4.
FOTOGRAFÍA: iPhone 11 Pro.
ZONA: Hoz del Jarama, Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara, Sierra de Ayllón suroriental.
DESDE: Retiendas (898 m), provincia de Guadalajara.
CERCA DE: Retiendas, Valdesotos, Puebla de Vallés, Tamajón.
ÉPOCA DE REALIZACIÓN: octubre de 2022.
ÉPOCA RECOMENDADA: primavera y otoño.
TIPO DE RUTA: lineal, ida y vuelta.
NIVEL DE DIFICULTAD: bajo.
Datos descargados de GPS GARMIN Fénix 7: Longitud: 12,48 km. Desnivel acumulado positivo: 259 m. Desnivel acumulado negativo: 259 m. Cota máxima: 884 m. Cota mínima: 806 m. Tiempo empleado: 3 h 50 min (con calma y paradas para sacar fotos y marcar waypoints). Tiempo en movimiento: 2 h 52 min.
MATERIAL: GPS, senderismo.
AGUA: 2 fuentes en Retiendas. Se cruza el río Jarama, y los Arroyos de los Huertos y del Regajo.
TIPO DE FIRME: sendero, carretera.
SEÑALIZACIÓN: marcas del GR-10.

ITINERARIO:
Retiendas, Puente sobre el Arroyo de los Huertos – Carretera al Pantano de El Vado (GU-188), GR-10 – Cruce del Arroyo del Regajo – Camino de Gustarejo a Retiendas (GR-10) – Los Nogales – Antiguo emplazamiento de la Ermita de San Alejo – Monasetrio de Bonaval – Camino Alto de Retiendas a Valdesotos – Hoz del río Jarama – El Gorronal – Barranco de los Lamederos – Cortados calizos de Solana Borriquera – Puente Nuevo de Valdesotos (río Jarama) – GU- 195 – Puente Medieval de Valdesotos – Puente Nuevo – Camino Alto de Retiendas a Valdesotos, GR10 – Cueva de Solana Borriquera, y vuelta por el mismo camino de la ida.

Descárgate la ruta y accede a más información (mapas, waypoints, altimetrías, fotos) en el siguiente enlace de Wikiloc:
De Retiendas al Puente Medieval de Valdesotos por el Monasterio de Bonaval y la Hoz del Jarama

EL ENTORNO:
Descubre más acerca de la zona en los siguientes enlaces de nuestro blog:
La Sierra de Ayllón

LA RUTA:
La ruta de hoy discurre entre Retiendas y el Puente Medieval de Valdesotos, pasando por el Monasterio de Bonaval y por la Hoz del río Jarama.

Partimos de Retiendas, pequeño pueblo guadalajareño de origen medieval, ubicado al S de Tamajón, que actualmente cuenta con unos 50 habitantes. Su iglesia, de estilo rústico, está dedicada a San Juan Bautista y alberga una preciosa estatuilla de la Virgen de las Candelas.

Dejamos el coche a la entrada del pueblo, al lado del puente que cruza el Arroyo de los Huertos y del monolito «El Leño», en el que están sobreimpresionados los nombres del municipio y del vecino monasterio de Bonaval.

Tras aprovisionarnos de agua en la fuente «antigua» que hay bajo el puente, pasamos bajo uno de sus arcos, junto al que hay otra fuente seca, y arrancamos la ruta por la carretera al Pantano de El Vado (GU-188). Por ella abandona Retiendas también el GR-10, un sendero de largo recorrido que viene desde Tamajón y que se dirige al Pontón de la Oliva, cuyo trazado vamos a seguir en nuestra ruta. Enseguida, al lado del cementerio, hay unos paneles informativos sobre el monasterio y las obras de rehabilitación que en él se están llevado a cabo.

A unos 500 m, justo antes de que la carretera cruce el Arroyo del Regajo por un bonito puente de piedra, abandonamos ésta por una pista que sale a la izquierda.

Se trata del Camino de Gustarejo a Retiendas, que inicialmente discurre paralelo al arroyo por la zona de Los Nogales, donde un cartel señala el antiguo emplazamiento de la Ermita de San Alejo.

Pasado un desvío hacia la Fuente de los Frailes, que dejamos ligeramente a la derecha, llegamos a una bifurcación. El GR-10 sigue por la izquierda hacia las Hoces del Jarama y el Puente de Valdesotos, como reza un letrero casero bien intencionado pero con «alguna zeta inoportuna»😜. El ramal derecho conduce al Monasterio de Bonaval, que está a apenas 100 m, y por él continúa también el Camino a Gustarejo, que un poco más adelante cruza el Jarama por el Puente de Victor.

Ya sea a la ida o a la vuelta, el cenobio bien merece una visita, que puede ser por el interior, e incluso guiada, si uno se ajusta a los horarios.

El Monasterio de Santa María de Bonaval fue fundado en el año 1164 por un grupo de frailes cistercienses procedentes del Monasterio de Santa María de Valbuena (Valladolid). El impulsor de la obra, que se llevó a cabo con piedra caliza de Tamajón en el periodo de transición entre el románico y el gótico, fue Alfonso VIII, rey de Castilla. Éste prestó las fértiles tierras del valle en el que se asienta a la Orden del Císter, con el fin de que el asentamiento hiciera de barrera ante una posible expansión musulmana. Once años más tarde, en 1175, el rey terminó por regalar Bonaval ("Buen Valle") a los monjes, quienes en años sucesivos ampliaron sus dominios fruto de nuevas donaciones. En el S.XV (año 1464), Bonaval cambió su condición de abadía por la de priorato, pasando a depender de los monjes de Monte Sion en Toledo. En el S.XVII sufrió varias reformas y finalmente, en el año 1821 fue abandonado por la congregación, quedando en manos de particulares. En 1894, los vecinos de Retiendas lo compraron por 20.500 duros. Tras casi dos siglos de progresivo deterioro, la Junta de Castilla-La Mancha inició en 2017 un serie de obras con el objeto de rehabilitarlo. Previamente, en el año 1992, fue declarado Bien de Interés Cultural. Del conjunto monástico se conservan restos de la iglesia de planta de cruz latina (el ábside, la sacristía, el crucero y la nave meridional), así como algunos muros de lo que fueron las dependencias del monasterio (el refectorio, la residencia y el claustro).

De vuelta en la bifurcación, continuamos ahora por el otro ramal, que es conocido como el Camino Alto de Retiendas a Valdesotos, y que tras dejar a la derecha un antiguo caz, confluye con el río Jarama a la altura de El Caballón para ya no abandonarlo.

Merece la pena desviarse unos metros por alguna de las trochas de pescadores que bajan hasta río para admirar su belleza.

Poco a poco, la estrecha y serpenteante vereda se va sumergiendo en un exuberante bosque de ribera, que hoy, teñido de otoño, pintaba la más bella de las acuarelas. La variedad de especies mediterráneas que visten la ladera es asombrosa: robles, encinas, quejigos, arces de Montpellier, e incluso algún que otro tejo y haya. Más abajo, a la vera del río, álamos negros, fresnos y alisos. La humedad perpetua favorece también el crecimiento de musgo, que tapiza troncos y rocas, y líquenes que colonizan las ramas defoliadas de árboles centenarios.

Frente a la vertical pared E de El Castillo, el sendero cruza el Barranco de Valdelacueva (hoy seco) escasos metros antes de que desemboque en el Jarama.

Un poco más adelante, el bosque se abre y, como por arte de magia, aparece ante nosotros el grandioso paraje de la Hoz del Jarama. Encajonado entre verticales paredes de roca caliza que ha ido esculpiendo durante siglos, el río traza una pronunciada curva para rodear por el S el Cerro de El Castillo, dando lugar a este sorprendente capricho de la Naturaleza. Los rojizos farallones calizos, morada del buitre leonado, emergen cuál catedrales desde el frondoso manto verde que cubre el cauce, generando un singular contraste cromático.

Sobrepasado el meandro, que terminamos con una pequeña subida, el camino se aleja un poco del río y discurre cómodamente por una zona despejada entre jaras, arbustos y matorral bajo, para a continuación meterse en el bosque de El Gorronal y bajar hasta el Barranco de los Lamederos.

De nuevo pegados al Jarama, pasamos bajo los cortados calizos de Solana Borriquera, entre los que se esconde una curiosa cueva hacia la que se accede por un ramal del sendero.

Decidimos pasar por ella a la vuelta y seguimos de frente atravesando un pequeño olivar (curioso, porque es un árbol difícil de ver en la Sierra Norte), al fondo del cual cruzamos el Barranco de la Loma de la Liendre. Inmediatamente después, el camino muere en la carretera que une Puebla de Vallés con Valdesotos (GU-195).

Siguiendo el GR-10, giramos a la derecha y cruzamos el Jarama por el Puente Nuevo. Tras unos 150 m por la carretera, abandonamos definitivamente el GR desviándonos a la izquierda hacia el Puente Medieval de Valdesotos.

Esta pequeña joya, que ha resistido callada y muy dignamente el paso del tiempo, data de en torno al S.XII, y en su momento tuvo su relevancia, ya que era uno de los pocos puntos en los que se podía cruzar el Jarama para poder acceder al cenobio de Bonaval.

Al otro lado, un estrecho sendero nos permite volver al Puente Nuevo.

Desde allí, emprendimos la vuelta por el mismo camino de la ida, con la salvedad de que dimos un mini-rodeo para visitar la Cueva de Solana Borriquero.

Desde el punto de vista técnico, el recorrido carece de complicaciones.

En resumen, una ruta preciosa y fácil, que combina a la perfección historia con la naturaleza salvaje de un tramo del Jarama realmente sorprendente. Ideal para realizarla en otoño o primavera, aunque cualquier momento es bueno si se trata de la Sierra Norte de Guadalajara, esa gran desconocida !!!