La Mujer Muerta

Dice la leyenda que el semidios Hércules fundó la ciudad de Segovia, mucho tiempo antes de que en el siglo II a.C. el romano Cayo Flaminio, conquistador de Toledo, cruzase la Sierra de Guadarrama para llegar a sus puertas e incorporarla a su vasto imperio. Los romanos, amantes de las tradiciones y temerosos de los dioses, rindieron su pequeño homenaje al fundador de la ciudad, colocando una pequeña estatua de Hércules en una hornacina situada en la arcada superior de su construcción más grandiosa en estas tierras, el acueducto de Segovia. La presencia de esta imagen fomentó la leyenda de que el acueducto también había sido obra de Hércules, cuándo en realidad lo fue de los emperadores romanos Trajano o Nerva. Desgraciadamente, la original estatua del semidios desapareció del acueducto y fue sustituida muchos años después por una de la Virgen de la Fuencisla, la cuál ha llegado hasta nuestros días. Pues bien, cuentan que Hércules tenía por amigo en Segovia a un noble caballero que le acompañó mientras levantaba la ciudad, el cuál cayó perdidamente enamorado de una bella doncella local. Ella correspondió a su amor, pero su padre no lo aprobó y prefirió matar a su hija antes de que acabase en los brazos del desafortunado caballero. Abatido y desconsolado por la pérdida de su amada, el noble pidió al poderoso Hércules que esculpiera una imagen de ella en las montañas, para que por lo menos pudiera terminar sus días soñando su rostro insinuado en las cumbres. Dicen que Hércules se conmovió ante el dolor de su amigo y talló la roca en lo más alto de las montañas cercanas, cincelando el precioso cuerpo de la doncella. Pues aún hoy en día, si miramos con la imaginación y la ilusión de un niño a lo alto de esas montañas, podremos intuir la silueta de una mujer tumbada boca arriba, con el rostro cubierto por un velo y los brazos entrecruzados sobre el pecho, la cuál da nombre a nuestro cordal de hoy, La Mujer Muerta.

Leyendas aparte, la Mujer Muerta es una ramificación del cordal principal de la Sierra de Guadarrama, de la que está separada por el Valle del río Moros.

Con una orientación de este a oeste, esta espectacular alineación montañosa de unos 11 km de longitud sirve de límite natural entre las provincias de Segovia y Madrid. Entre sus cumbres, preciosos picos de más de 2000 m como el Montón de Trigo (2161 m), La Pinareja (2197 m), Peña el Oso (2196 m) y Pasapán (2005 m), los cuáles delimitan por el norte el frondoso Valle del río Moros.

Al norte y noreste de la Cuerda de la Mujer Muerta se encuentran los Montes de Valsaín y el río Eresma. La prolongación oeste de la Mujer Muerta hasta morir en Los Ángeles de San Rafael recibe el nombre de Sierra del Quintanar.